jueves, 20 de febrero de 2014

Ilusión

Si le damos al mundo más de lo que él puede,
solo nos resta esperar milagros,
por que nunca se puede dar lo que no se tiene.

Entre el universo y nuestra sombra,
sin embargo, esperamos,
esa asombrosa retribución amistosa

Lo que creemos ser un alma vacía,
no es más que un sueño,
soñando pesadillas.

Un sueño que tarde o temprano se despierta,
y en un espejo,
su naturaleza de sueño, refleja.

Sabe lo que es y sabe lo que tiene.
Entiende que puede volar,
que nada lo detiene.

Entonces el sueño vuelve a tener miedo de volar tan alto
y vacía su alma,
convirtiéndose en pedazos.

Simula ser un chiste de mal gusto
que se burla de todo aquel
que no encuentra su rumbo.

Pero es tan solo esa amarga realidad,
a veces tan amarga
que llega a sentirse el sabor dulce de la desgracia.

Tantos vacíos que no entienden de almas.
Tantos sueños que no duermen en la cama.

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