jueves, 21 de noviembre de 2013

Querer ser libre sin estar en prisión

Querer ser libre sin estar en prisión
es como quejarse del ruido cerca de un sordo,
es como amar el frío en verano y el calor en invierno.
¿Qué nos sucede?
Si esto de prisión no tiene nada
y de libertad aquí sobran toneladas.
Dime si ves barrotes cuando te despiertas por la mañana,
o si el sol te castiga de noche por cerrar tus pestañas.
Estamos como queremos.
Siempre no que no podemos es por que no queremos, claramente.
¿Humanos?
No estamos atados a nada más que al tiempo.
Decimos estar aprisionados en la rutina y en los labores,
pero nada nos detiene, no existen esos barrotes.
Ni siquiera tenemos la certeza de que la muerte sea una celda.
Entonces,
¿De qué nos quejamos?
No somos otra cosa que humanos. 
Victoria Leiva

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