lunes, 25 de noviembre de 2013

Calma

Me quise quedar callada
ante tanta hipocresía.
No es furia, es simpatía.
Esa que me ayudaba a entender
lo que yo poseía y ellos carecían.

Preferí el lugar tranquilo
ante tanto conventillo.
No es miedo ni falta de interés,
es silencio, es respeto
en un mundo al revés.

Otros prefieren figurar,
afirman que eso es "madurar".
Hablan, comentan, inventan respuestas.
No es que no quiera saber,
solo que yo prefiero abrir puertas.

Me deleito escuchando el silencio.
Suele hablarme y vive diciendo:
Los gritos mienten, los gritos duelen.
Yo no entiendo que buscan hacer,
si fuera poesía o música, pero no lo es.

                                     Victoria Leiva

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